Tú no has venido a esta vida a vivir angustiada por la falta de dinero y recursos.
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Has venido para disfrutar de la experiencia de vivir, de aprender de todo lo que te aporta el ser humana.
Vale, hemos podido tener educaciones más o menos restrictivas que nos han dejado huellas en la mente, en el alma, en el cuerpo…
Nos han podido inculcar ideas falsas en torno al dinero y su significado.
Nos hemos podido sentir desprotegidas, solas, abandonadas por culpa del chantaje emocional al que hemos sido sometidas durante tanto tiempo.
Lo cierto es que arrastramos vivencias de siglos y miles de años en los que la mayor parte de la Humanidad ha vivido bajo esclavitud.
Y las mujeres (y los niños y niñas) nos hemos llevado la peor parte.
Porque nosotras somos aún esclavas del sistema patriarcal.
Ése que hasta bien entrado los 80 exigía a las mujeres la firma del marido o del padre para poder manejar su dinero o su vida.
Y seguimos siéndolo, con jornadas interminables de trabajo fuera de casa, que continúan una vez que vuelves a ella en un sin fin de lavadoras, comidas, pañales y deberes de la escuela de tus hijos por hacer.
Y lo peor no es esto. Lo peor es que nos creímos libres.
“La liberación de la mujer”, lo llamaron.
Nos “liberaron” de tener que estar trabajando todo el día dentro de casa.
Ahora, por unos euros más, trabajamos dentro de casa y fuera también.
Todo para que el sistema te diga cómo educar a tus hijos, cómo has de concebirlos, gestarlos, parirlos…
Sí, porque si te sales del redil, si se te ocurre tener ideas propias y querer elegir libremente cómo quieres vivir tu vida, puedes encontrarte a la policía a la puerta de tu casa que te lleve a un hospital para que te provoquen una inducción por orden judicial,
Sí, esto ha pasado en un país supuestamente democrático.
Iba a decir que somos personas libres con mentalidad de esclavas.
Pero lo cierto es que por un lado, nos han convencido de que somos libres, y por otro, nos potencian la mentalidad de escasez y esclavitud que les interesa que tengamos.
De esta manera, vivimos para trabajar a cambio de la promesa de una vida mejor.
Trabajamos para ganar un sueldo que nos da apenas para subsistir, no digamos para lograr esa calidad de vida que antes veíamos en los famosos de las revistas del corazón y que ahora podemos admirar en las redes sociales compartidas por personas normales “como nosotras”.
Nos frustramos, porque a pesar de trabajar un montón de horas, de avanzar en nuestros proyectos, de transformarnos realmente en las mejores versiones de nosotras mismas, nuestro sueño sigue estando ahí delante. No muy lejos, pero sí lo suficientemente como para que no podamos acceder a él. Como la famosa zanahoria…
Porque si finalmente logras que tus ingresos aumenten, ya se encargarán “ellos” de grabarlos para que tengas que devolver una gran parte de ellos en forma de impuestos.
Sin embargo, hay maneras de salirse del guión preestablecido en el que estamos inmersas.
No te voy a hablar de recetas milagrosas.
Ni que de repente empezarás a ganar 10.000€ o más todos los meses.
Tenemos mucho que cambiar dentro de nuestras cabezas y será un trabajo arduo y costoso.
Es sólo un sueño que tengo, que sé que costará mucho lograr que se cumpla.
Costoso, pero no imposible.
¿Te vienes?
Te ofrezco poder dar el primer paso para poder realmente comenzar a forjar tu propio camino.
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Muchas gracias por ayudarme:
Mónica Álvarez Álvarez
#elhadacolegiada

Soy Mónica Álvarez Álvarez, psicóloga y emprendedora online.
Te ayudo a tomar las riendas de tu situación financiera, a través de mi RETO GRATUITO “Aprende a regular tu termostato del dinero”.
Los días 13, 14, 15 y 16 de mayo, nos veremos en un grupo de whasapp, en el que trabajaremos creencias, actitudes y bloqueos desde los que alimentamos nuestra mentalidad de escasez y esclavitud.
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