Descubrir tu pasión lo cambia todo.
Era complicado elegir hoy un libro con el que comenzar esta sección que he llamado “¿Qué leo?”.
Por eso he decidido comenzar por el principio.
Con este libro que me abrió la mente un poco más y me ayudó a darme cuenta de que iba por muy buen camino.
¿Quién eres tú?
¿A qué te dedicas?
¿Qué era lo que más te gustaba hacer cuando eras pequeña?
¿Qué te decían los demás cuando hacías eso que tanto te gustaba hacer?
¿Qué pensabas tú de eso que te decían?
¿Qué emociones sentías cuando te hablaban así?
Piensa un recuerdo positivo sobre esto.
Piensa un recuerdo negativo sobre esto.
¿Qué decidiste hacer con tu afición al pasar los años?
¿Elegiste una carrera o un oficio relacionados con esta afición tuya?
¿A día de hoy qué piensas/sientes acerca de esto?
Estas preguntas que te hago, puedes responderlas si quieres en las respuestas al artículo, para ti en tu intimidad, guardarlas en tu corazón y meditarlas…
Todas ellas aflorarán a ti cuando leas el libro “El elemento” de sir Ken Robinson.
En él nos explica que todos tenemos una pasión interior cuando nacemos que se va manifestando a medida que crecemos a través de aficiones, conductas, emociones…
No siempre se puede desarrollar porque a lo largo de la infancia, la educación conductista que ha estádo (y está aún) tan de moda durante ya más de un siglo, ha moldeado las mentes y los pareceres de muchos niños que llegaron a su edad adulta sin saber quiénes eran y qué es lo que les hace feliz.
Lo que no se pudo uniformizar con el conductismo lo aplanaron con las etiquetas de las modernas enfermedades de los niños demasiado movidos y las medicinas correspondientes.
Sir Ken Robinson cuenta en su libro multitud de casos de niños que fueron (o que hubieran podido ser) diagnosticaros de TDA, a quienes sus padres supieron escuchar y darles el tipo de educación que necesitaban. Una educación que potenció sus características especiales, su creatividad, su necesidad de movimiento, llegando a ser, algunos pocos personajes importantes en el mundo de la danza, el deporte, etc. Y la mayoría, adultos felices.
Sir Ken Robinson explica que cuando encuentras tu talento, aquéllo que te apasiona, todo fluye. Descubres tu elemento y puedes llegar a ser feliz haciendo lo que te gusta.
Muchas personas están encontrando su elemento precisamente en esta época de crisis laboral absoluta.
Época en la que el “trabajo” de toda la vida no existe ya. Ése en el que entrabas de recadista con 14 años y podías jubilarte en un puesto importante en la empresa con 65. O cuando menos, premanecer en él 30 ó 40 años.
Muchas personas se han lanzado a emprender y han encontrado su elemento trabajando y viviendo de aquéllo que les gusta hacer.
¿Y tú?
¿Eres feliz haciendo lo que haces?
¿Podrías ser más feliz si descubrieras tu elemento y fluyeras con él?
¿Te lo has planteado alguna vez?
Te invito a dejarme tus comentarios al pie del artículo.
Y si te ha parecido interesante el planteamiento del libro y quieres comprarlo, te invito también a utilizar los enlaces que encuentras en las imágenes de este artículo.
Un saludo!
Mónica
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